Hace pocos días asistí en un calamitoso estado de salud, a la proyección de la película-documental "La vida loca" del fotoperiodista franco-español Christian Poveda en la Alianza Francesa de Miraflores, que por cierto sirve en su cafetería un chocolate caliente celestial. Esta película muestra, sin pelos en la cámara, la vida común y silvestre de la famosa pandilla salvadoreña Mara 18.
Poveda murió a disparos hace poco tiempo en El Salvador, y desde su muerte se han tejido infinitas teorías: que si lo mató la Mara 18, que fue la rival Mara salvatrucha, o que fue la Policía o quizá los que pirateaban su película, etc. Quizá nunca sabremos los motivos de su muerte pero lo que sí nos dejó con este documental fueron muchos motivos de vida.
Gracias a su gran amigo Jean Schmitz, de la Fundación Tierra de Hombres, y otras muchas manos que se juntaron, este estupendo trabajo de Poveda llegó a nuestros ojos, mostrándonos la belleza de lo horrible, la fidelidad dentro de la traición, la ternura de una madre tatuada.
Poveda se sumergió en el corazón de la temible Mara 18 y encontró lo que se encuentra en una familia cualquiera: amor, miedo, sexo, desconfianza y sobretodo el fuerte sentido de pertenencia.
En el documental vemos morir a varios Maras, y con cada muerte pareciera que el grupo se une más y forman una solo voz que llora y canta al difunto, pero apesar de este espíritu de cuerpo y como muy bien lo describe la sinopsis: "este es un documental sobre la soledad humana absoluta" y en cada historia, en cada muerte solo hay eso, una infinita soledad.
Vean el trailer de la película o mejor aún vean la película
lunes, 26 de octubre de 2009
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