martes, 8 de febrero de 2011

Causitas de atún y pollo

Algo tardío mi post, pero no puedo dejar de hablar de lo bueno que me trajo el 2010; aunque ya esté bien entradito febrero y su calor infernal. De hecho el 2010 lo hubiera sido considerado -gracias a cosas que en realidad no valen la pena- como un mal año para mí porque su inicio no fue muy auspicioso, o mejor dicho, porque dejé que me trataran como una zapatilla vieja.

Felizmente ese año lo salvó la amistad y todas las personas extremadamente paja que conocí, con las que me reencontré, las que redescubrí, las que me prestaron su hombro para llorar, con las que bicicleteé, con las que viajé, con las que canté.

También la gente que me desahuevó sin anestesia, y quienes me ayudaron a tragarme mis miedos con pan y mantequilla. Tampoco me olvido de la gente que me hizo reír hasta el piso, como si fueran los PAYASOS de mi fiesta y los amigos que me dieron regalitos inesperados y esperados. Los que se dejaron alucinar (que no es lo mismo que burlar) por mí y los que me alucinaron.

No vale la pena poner nombres, ellos y ellas saben quiénes son y que mi cariño por ellos es infinito. Gracias por existir en el 2010 y quédense en el 2011.

Porque sabemos agradecer, a pesar de lo vivido...Les dejo esta canción de Búnbury