viernes, 23 de octubre de 2009

Él estaba en todo, ya no lo está más. Maeterlinck (Lucho Hernández)

Este es el extracto de una carta que comencé a escribir a Omar Dante casi tres años después de su muerte, hoy cerca al cuarto aniversario de su infinito viaje a Venus (como se titulaba su primer poemario), comparto este texto tal y como quedó: incompleto.

Omar, tal vez así quede cuando te fuiste, por eso debo completar el capítulo agregándole solo la última línea que la escribí hoy. Espero que te guste.


Después de tanto tiempo me animo a escribir algo. Y si me demoré fue porque tenía temor a enfrentar el hecho de que, esta vez, ya no estás para mostrártelo y preguntarte qué te parece. Estas líneas son para contarte cómo he estado desde la última vez que nos vimos (hace tres años).

Quiero evitar toda tristeza en esta carta, a pesar de que me está destilando por los poros, así que haré mi mejor esfuerzo.


Resulta que me quedé con la sensación de “¿y ahora que chucha hago?”, sensación que no me ha abandonado completamente, pero que poco a poco fue disipándose y convirtiéndose en una fuerza que venía desde no sé donde para no dejarme morir, aunque que ganas no me faltaron.

Entonces, empujada por ese punche sobrenatural, comencé a tratar de ordenar mi vida. Terminé el ciclo que a duras penas estaba llevando. Llegó Navidad y Año Nuevo, juro que hice todo lo posible para pasarla tan bien como fuera posible. Así que no renuncié a engullir el pavo y la ensalada rusa navideña. Un agradecimiento especial al Sporting Cristal porque con su sufrido campeonato colaboró con mi proyecto de tener una feliz navidad.

El año nuevo fue casi indescriptible después de la cena, porque el champagne, el pisco y la cerveza no me dejaron recordar que pasó esa noche. Solo sé que desperté junto a Dariana y Judith, y cómo ya te lo estás imaginando fuimos al Sara Sara a darle curso al cevichito corta resaca.

Loa siguiente año pasó si mayores sorpresas, se podría decir que terminé la universidad, aunque tengo pendiente un par de jurados Adhoc que cuando me anime, los sacaré adelante...





A veces me he preguntado, recordando al Luchito Hernández que tanto te gustaba: “Y si volvieras, qué habría yo de decirte” (Charlie
Melnick)

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